viernes, 31 de octubre de 2008

"HALLOWEEN" DE JOHN CARPENTER CUMPLE 30 AÑOS

If you don't want to have a really terrifying experience, don't see “Halloween.” ("Si no quieres tener una experiencia verdaderamente aterradora, no veas "Halloween"") - Roger Ebert (1978)

Lo que distingue a una película de terror del resto de género cinematográficos es la presencia de un personaje que, por cualquier motivo, queda marginado del resto siendo considerado como "el otro", aquel que no mantiene relaciones con ningún otro personaje por poseer características claramente diferentes a los demás. Ese personaje es Michael Myers, como muy bien se encarga de presentarnos el Dr. Loomis, interpretado por Donald Pleasence, en la primera escena justo después de la presentación, a modo de prólogo, en la que el Myers-niño, en 1963, comete su primer asesinato: lo llama "ese ser". Varios años después, Myers se escapa del centro donde lo tenían recluido y vuelve a su pueblo natal, Haddonsfield, en el estado de Illinois.

Una característica distinguidora de las películas de terror es que el espectador reacciona simultáneamente a los personajes que están siendo "perseguidos" por ese personaje. Cuando Myers persigue a Jamie Lee Curtis con la intención de matarla, el espectador siente una parecida sensación de angustia que ella casi de manera sincronizada. Esto es algo que sólo ocurre en las películas de suspense-terror y no en otros géneros. Cuando en una comedia, por ejemplo, tiene lugar una caída tonta pero lastimosa, nos reímos mientras el personaje se duele del golpe. Cuando una película es capaz de despertar esa sensación en el espectador es que estamos hablando de una gran película de terror. Este es el caso de Halloween de John Carpenter y el secreto de su éxito.

Un estupendo Donald Pleasence, una adolescente y casi inexpresiva Jamie Lee Curtis, una calabaza medio podrida y pobremente tallada, y 325.000 dólares, le sirven a John Carpenter para entregarnos una obra maestra que reinventa, de manera brillante, el concepto de terror tal y como lo veníamos conociendo hasta entonces. El personaje de Michael Myers es una mezcla de personajes tomados de películas clásicas del Hollywood de los años 40 y 50 como es el caso de Harry Powell de La noche del cazador de Charles Laughton, interpretado por Robert Mitchum en el papel de su vida, o el de Charles Oakley en la hitchockiana La sombra de una duda. Por supuesto, del mismo modo, la referencia a La cosa de Howard Hawks es más que evidente cuando J. L. Curtis está viendo la televisión con el niño al que está cuidando como canguro. Lo que Carpenter, que realizó un remake de esta película en 1982, nos quiere decir es que esa "cosa" tiene su alter ego en Michael Myers, el cual se encuentra fuera esperando para atacar mientras se refleja en la pantalla del televisor de manera metafórica. Es la idea del ser que se mueve entre sombras, siempre al acecho de sus víctimas, las cuales reciben por sorpresa sus inesperadas acciones.

Se le suele otorgar el mérito a Halloween de dar comienzo al género "slasher", subgénero de terror que presenta un asesino con cuchillo de adolescentes. Sin embargo, existe un referente claro de origen de este tipo de películas que es Psicosis de Hitchcock donde son dos las personas que mueren por las cuchilladas de Norman Bates. La referencia de la mano con el cuchillo en Halloween tiene su base clara en Psicosis. A pesar de todo ello, podría considerarse una especie de antecesor pre-expansionista ya que en dicha película el hecho de que los asesinados sean siempre adolescentes no estaba todavía definido. Considerando a Psicosis como la precursora del género, tenemos a Black Christmas de Bob Clark, de 1974, que puede considerarse como la primera película en colocarse en la categoría slasher. A partir de ahí vendrían Halloween y La matanza de Texas y muchas más que, desafortunadamente, no suelen acercarse a la calidad de las primeras.

Me llama la atención el hecho de que los tres asesinatos que presenciamos en la película involucren a personajes que muestran un gran interés sexual y carnal. Hay que considerar que Myers ataca a todas aquellas mujeres que pretender tener relaciones con otros chicos. En los momentos previos a los ataques, Curtis y su amiga están charlando por teléfono para ver con quién van a ir a la fiesta que se va a celebrar al día siguiente. La otra asesinada, acaba de mantener relaciones sexuales con su novio. Hay algunos críticos que ven en los asesinatos una crítica del descontrol, la inmoralidad y, sobre todo, la promiscuidad de la juventud norteamericana de los años 70. No creo que esa fuera la intención de Carpenter, sin embargo, lo que creo que está claro, es que todos los asesinados, la mayoría del sexo femenino, son jóvenes menores de 20 años que aparecen retratados en la película con unas enormes ganas de mantener relaciones sexuales. Al comienzo de la segunda parte de la película, Myers roba un cuchillo de casa de unos ancianos y se marcha de la casa sin hacerles daño a éstos. Sólo necesitaba una nueva arma para matar a una nueva adolescente que, minutos antes, ha mantenido una conversación con el novio haciéndole saber a éste que sus padres no están en casa y que, por lo tanto, van a poder darse un "revolconcete" en casa. En ningún momento, ninguno de los ancianos corre peligros de ser asesinado. Esto que vemos en Halloween se ha convertido en un dogma en las películas encuadradas dentro del sub-género slasher. Siempre mueren adolescentes con un gran deseo sexual, cosa que, por otra parte, es lógico a esas edades.

Parémonos por un instante en el personaje interpretado por Donald Pleasence. El actor aceptó el papel de Dr. Loomis después de que Christopher Lee y Peter Cushing lo rechazaran por el poco dinero que iban a recibir por su trabajo. Tiempo después, Lee afirmaría que rechazar ese papel fue el error más grave de toda su carrera. La obsesión compulsiva que el Dr. Loomis da comienzo al principio de la película cuando declara haber estado tratando a Myers durante los últimos 15 años de su vida pero que en los últimos lo dio por imposible al darse cuenta de que no había nada que hacer. Consigue que el policía le ayude a cazar a un enemigo que para la gran mayoría es invisible pero que para el Doctor es la obsesión de su vida. Se produce entonces la creación del personaje tipo en las películas de terror: el policía incrédulo, simplón y presuntuoso que verá pagada su incredulidad con la muerte de su hija Annie, amiga de Jamie Lee. La obsesión galopante del Dr. Loomis nos recuerda a la de aquellos personajes enfocados en un objetivo que se convierte en su única aspiración como, por ejemplo, el Capitan Ahab, cuya único objetivo era matar a la ballena Moby Dick. Algo muy parecido le ocurre al Dr. Loomis, empezó a tratar a Myers a la edad de 6 años, y no descansará tranquilo hasta darle muerte. De hecho, como vemos en la segunda parte de Halloween, el Dr. Loomis le da muerte a Myers haciendo explotar la sala del hospital en la que se encontraban después de dejar salir a Laurie. Loomis considera que merece la pena morir si eso supone acabar con la obsesión Myers que es justamente lo que hace el Capitán Ahab con Moby Dick al final de la historia. Pleasence hace un gran papel siendo capaz de transmitir dicha obsesión al espectador lo que contribuye sobremanera a la creación de suspense en la película. Podría decirse que su personaje es el más complejo de todos. Es él único que demuestra unos sentimientos que van más allá del simple grito de horror y gracias a él, a sus intervenciones, es la única forma en que conocemos mejor a Myers. De otra forma, el famoso asesino múltiple sería solo un tipo con una careta y un cuchillo.

El personaje de Michael Myers supone la personificación del mal absoluto. No es humano, señala continuamente el Dr. Loomis a lo largo de la película. Los movimientos que realiza parecen estar perfectamente calculados y precisados para la consecución de un objetivo que parece claro e inatajable desde el principio. El hecho de contar con una careta totalmente blanca le otorga al personaje una cierta individualidad anónima que, paradójicamente, lo hace universalmente perverso.

Jamie Lee Curtis, o debería decir Laurie Strode, es un personaje bastante plano con una misión dual bastante clara: enlazar las dos épocas narradas en la película, 1963 y 1978, al igual que lo hace el Dr. Loomis con su conversación con la enfermera, y, sobre todo, gritar. Halloween fue la película que le otorgó el título de "Reina del grito" a la Señorita Curtis. El grito de Curtis no hubiera sido suficiente por sí sólo si no hubiera ido acompañada por la banda sonora, compuesta por el propio Carpenter, y que es capaz de levantar sensaciones profundas en el espectador bajo la luz del día y con un personaje caminando tranquilamente por la acera de un calle cualquiera de un pueblo norteamericano. A pesar de no ser muy sofisticada consigue acompañar a la película de manera bastante apropiada. Pero no sólo la música acompaña a la película sino también el juego de luces y enfoques que nos hacen creer que Halloween es verdaderamente una noche de terror en la que más nos vale quedarnos en casa encerraditos y tapaditos. Curiosamente, no hay apenas sangre en Halloween, al contrario de las películas que se inspirarían después en ella. No necesita llenar la pantalla de sangre fácil que pueda impresionar fácilmente al espectador poco exigente. El terror que produce llega hacia lo más profundo del corazón y de la mente y, en ningún momento, cae en producir efectos fáciles como la mayoría de películas del género que se hacen hoy en día. La película sólo dura hora y media. Para el cine que se hace hoy en día, sería considerada muy corta pero no lo es en absoluto. Parece corta, a primera vista, porque no cae en ese exceso de metraje absurdo en el que no se cuenta ni se transmite nada. Halloween es como un cuento de Borges en el que el director va directamente al grano, es decir, a intentar que el espectador verdaderamente sienta lo que está buscando y no se pierda en cuestiones innecesarias y superfluas. En definitiva, para eso pagamos la entrada cuando vamos a ver una película de terror.


Dedicado al gran actor Donald Pleasence en el 30 aniversario del estreno de Halloween.

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